La pregunta del millón: ¿Cuándo se termina el “derrape” de las cotizaciones en Chicago? Por ahora, los justificados ajustes negativos verificados durante los últimos tres meses continúan. Seguimos pensando que, con stocks mundiales cercanos a los récords en maíz y soja, lo que viene sucediendo es razonable y justificado.
La cosecha brasileña está lejos del fracaso que muchos presagiaban y la demanda (léase China) no tiene razón para inquietarse. El problema es que el productor argentino “no pudo” protegerse del derrape sostenido de los precios por un error inconcebible de políticas internas vinculadas con el tipo de cambio. El sistema 80/20 (herencia de Massa) no fue convalidado por los exportadores para operaciones forward y las autoridades competentes no mediaron en el tema a tiempo.
Así, el volumen de ventas de la nueva cosecha (tanto en maíz, como en soja) es mínimo respecto de los promedios habituales y podría afirmarse que el país ha perdido divisas por al menos un par de miles de millones de dólares y el Banco Central, el porcentaje correspondiente de las mismas vía anticipo de derechos de exportación.
“Intervencionismo mata mercado versión Milei”, dijimos en nuestra nota del 3 de febrero. Ahora, solo nos queda la esperanza de que los valores internacionales comiencen a mostrar una mejor versión cuando merme la “avalancha” de soja brasileña. Ello va a suceder. Sólo hay que respetar los tiempos del mercado.
Para julio EE.UU. deberá racionar la demanda externa para asegurar su abastecimiento interno y las cotizaciones en Chicago debieran reflejar esa circunstancia. Y lo harán con su receta tradicional. Esto es, vía precios. Mientras tanto, es importante tomar nota de que los “fondos” están vendidos en soja en Chicago en niveles casi nunca vistos y que los modelos matemáticos que conforman el análisis técnico que define su accionar muestra a las cotizaciones en los límites de lo que se denomina “niveles de soporte”. Esta circunstancia, muy trascendente, podría anticipar una reacción del mercado. Para seguir con atención.
Pero tenemos por delante un tema estructural de una magnitud más que relevante. Y preocupante. Hace años venimos advirtiendo en estas páginas sobre el “factor Brasil”, aludiendo al significativo crecimiento de los volúmenes de producción de maíz y de soja en nuestro vecino país y de sus crecientes excedentes exportables.
En realidad, ya en 2006 comenzamos a expresarlo en la cátedra de la Maestría de Agronegocios de la UBA y Brasil, efectivamente, ha venido creciendo desde entonces fuertemente como productor y, últimamente, como exportador de ambos productos.
Ahora es la Empresa Brasileña de Investigación Agrícola la que asegura que Brasil podría sumar 15 millones de hectáreas a la explotación agrícola en los próximos 10 años (en el Cerrado, sin tocar el Amazonas) y lo haría con “inversiones de conglomerados chinos”, lo que vendría a ser un claro mensaje político a la Unión Europea (UE) ¿Quién avisa no traiciona?
Mientras tanto, la UE da marcha atrás con su “Agenda Verde” ante las ya extendidas y violentas manifestaciones de los productores en Francia, Alemania, Polonia, España y, ahora también, en la India. En semejante contexto, el productor argentino debería hacer un curso acelerado de geopolítica.
El autor es presidente de Nóvitas SA