La empresa Mingyang Smart Energy, uno de los fabricantes de turbinas eólicas más reconocidos del mundo que posee base en China inauguró en agosto de este año uno de sus proyectos más ambiciosos: una turbina eólica marina gigante de 20 MW con capacidad de producir electricidad para abastecer a unos mil usuarios domiciliarios.
El proyecto, que es el primero en su tipo, está siendo monitoreado de cerca por las autoridades, ya que según detallan desde El Diario 24, desde su encendido se han generado una serie de cambios en el microclima que rodea el artefacto y debido a sus dimensiones, se quiere evaluar el impacto en los patrones climáticos que puede ocasionar en el mediano plazo.
La lucha contra el cambio climático y la generación de fuentes de energía alternativas son conceptos estrechamente vinculados. En plena era de transición energética, es crucial asegurarse de que las nuevas opciones de energía limpia no causen impactos negativos en el medio ambiente, ajustando estos proyectos innovadores a escalas humanas controlables para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
La turbina marina gigante Mingyang Smart Energy ha captado la atención de todo el mundo por tratarse de un mega proyecto único en su tipo aunque con la capacidad de replicarse, por eso el interés de la comunidad global en entender qué impactos produce en el clima, más allá de los beneficios para la generación de energía limpia. Así, se busca un equilibrio en el que el avance tecnológico no solo mitigue el cambio climático, sino que también proteja y preserve el entorno natural.
Con aspas de 128 metros y una altura de 242 metros, la turbina se puso oficialmente en funcionamiento en agosto de 2024 en la provincia de Hainan, en el Mar de China Meridional. Según detallan los expertos, el lugar para instalarla se eligió en función de dos variables clave: las velocidades ideales que alcanza el viento en esta zona tifónica y su separación de la plataforma continental. La ubicación no solo maximiza la eficiencia energética de la turbina, sino que también minimiza el impacto en los ecosistemas marinos locales, contribuyendo así a un equilibrio entre desarrollo tecnológico y sostenibilidad.
Sin embargo, desde su puesta en marcha la estructura única reveló impactos no anticipados, especialmente en las velocidades del viento y las distribuciones de temperatura circundantes. Ambientalistas y científicos están investigando ahora los posibles efectos de estos cambios en los climas costeros, los patrones de migración de aves y los ecosistemas marinos.
Los técnicos del proyecto estaban conscientes de que el artefacto produciría cambios en el microclima inmediato, aunque al ser la primera que se pone en funcionamiento, sus efectos a mediano y largo plazo eran solo proyecciones. “Con la implementación de tecnologías a escalas sin precedentes, los cambios microclimáticos inesperados alrededor de esta gigantesca turbina eólica destacan la necesidad de evaluaciones ambientales exhaustivas”, comentan desde ED24.
Aunque los beneficios energéticos de la turbina son innegables, también sirven como recordatorio de que los avances en energía renovable traen sus propios desafíos. En el caso de la turbina gigante de Mingyang Smart Energy el interés actual es mantener un balance entre la generación de energía y los ecosistemas locales, lo que dependerá del monitoreo para garantizar que estas tecnologías no los afecten de manera involuntaria.
LA NACION
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