05/01/2025 19:11hs.
Cuando creés que lo viste todo, el Dakar vuelve a demostrar por qué es «la carrera más dificil del mundo». Este domingo, en plena segunda etapa de la 47ª edición que recorre el desierto de Arabia Saudita, Carlos Sainz, el eterno Matador español, se llevó el susto de su vida. Un terrible vuelco en el kilómetro 327 dejó su Ford Raptor T1+ seriamente dañado y casi lo baja de la competencia. Pero si algo define al español es su capacidad para levantarse, sacudir el polvo y seguir.
El día arrancó bien, pero terminó casi como una pesadilla
Sainz lideraba el parcial después del kilómetro 231. Todo parecía en orden, con el ritmo habitual de un multicampeón que busca su quinto título del Dakar, esta vez con su quinta marca diferente. Pero el desierto no perdona ni a las leyendas.
En una duna cortada, el madrileño tomó algo más de velocidad de la que debía, y el resultado fue brutal: el Ford voló y aterrizó «de morro» antes de volcar completamente. El impacto dejó el vehículo con graves daños: el techo abollado, el parabrisas hecho trizas y la parte trasera destrozada. El Matador y su copiloto Lucas Cruz, por suerte, salieron ilesos, pero las complicaciones recién comenzaban.
Dakar –
Carlos Sainz volcó en la E2 fuertemente, pero sigue en carrera en el Dakar
Video: Dakar
«Después de volcar en una duna cortada, pudimos continuar gracias a la ayuda de nuestro compañero Mitchell Guthrie», explicó Sainz al llegar al campamento. El estadounidense, parte del equipo M-Sport de Ford, se detuvo a dar una mano para que el Ford volviera a rodar. Sin embargo, lo que siguió fue un desfile de problemas.
La odisea de llegar al vivac
El ingeniero de Sainz, Joan Navarro, no dudó en calificar la jornada como una tortura: «Carlos tuvo que arrancar el techo y parte de la carrocería con sus propias manos. El coche quedó al desnudo, sin protección. Además, Lucas tuvo que ir sujetando la puerta rota mientras navegaba».
A esto se sumaron los problemas mecánicos: el radiador se calentaba, el parabrisas roto impedía la visibilidad, y tuvieron que pinchar una rueda. En total, el Matador y Cruz se detuvieron siete veces para solucionar diferentes inconvenientes, lo que les hizo perder 59 minutos en la etapa.
«El accidente fueron unos 20 minutos de pérdida, pero al final, con todos los problemas, terminamos perdiendo casi una hora. Lo bueno es que están reparando la máquina y esperamos que mañana la traigan a casa», señaló Navarro.
Rally – Rally Dakar – Etapa 2 – De Bisha a Bisha – Arabia Saudita – 5 de enero de 2025 Carlos Sainz de Ford M-Sport tras sufrir un accidente durante la etapa 2 (REUTERS/Maxim Shemetov).
La jornada terminó en el campamento del kilómetro 626, el penúltimo vivac antes de completar los 971 kilómetros de la etapa crono de 48 horas. Sainz quedó a 45 minutos del líder virtual, el saudí Yazeed Al Rajhi, quien domina la general con su Toyota Hilux.
Una lucha desigual contra el tiempo y el desierto
Sainz lo resumió mejor que nadie: «El día fue de mal en peor». Y no le faltaba razón. Además de los problemas mecánicos y las pérdidas de tiempo, la etapa se tornó psicológicamente agotadora. «No veíamos bien por el cristal roto, y el calor del motor era insoportable», relató.
A pesar de todo, el espíritu competitivo del Matador sigue intacto: «Este tipo de días son los que prueban de qué estás hecho», afirmó. El desierto árabe no hizo concesiones ni siquiera al cinco veces ganador del Dakar, Nasser Al Attiyah, quien con su Dacia también sufrió contratiempos, aunque mantuvo el segundo lugar detrás de Al Rajhi.
Rally – Rally Dakar – Etapa 2 – De Bisha a Bisha – Arabia Saudita – 5 de enero de 2025 Carlos Sainz y Lucas Cruz de Ford M-Sport en acción durante la etapa 2 (REUTERS/Maxim Shemetov).
«Por suerte, el coche parece estar bien»
En medio del caos, una buena noticia: según Joan Navarro, la estructura del Ford Raptor no sufrió daños mayores: «A nivel de motor, suspensión, caja y chasis parece estar bien, pero eso se verificará en los próximos días», explicó.
Esto es crucial, ya que las reglas del Dakar permiten que los daños estructurales sean reparados solo por el fabricante, en este caso Ford. A diferencia de lo que ocurrió con la española Laia Sanz, quien debió abandonar por un daño irreparable en su vehículo, Sainz podrá continuar en carrera.
Rally – Rally Dakar – Etapa 2 – Bisha a Bisha – Arabia Saudita – 5 de enero de 2025 Carlos Sainz y Lucas Cruz de Ford M-Sport tras sufrir un accidente durante la etapa 2 (REUTERS/Maxim Shemetov).
La previa y el desafío de Ford en el Dakar 2025
Antes del inicio de la competencia, Sainz se mostraba optimista: «Es la ilusión de un nuevo proyecto, de un nuevo equipo y de un nuevo coche. Estoy contento con los test que hicimos y ahora solo queda comprobar cómo estamos respecto a los demás», declaró.
El Ford Rapor T1+ debutaba en el Dakar como parte del regreso oficial de la marca del óvalo a la competencia. Para Sainz, la combinación de un nuevo auto y su experiencia representaban una fórmula ganadora: «No hay mucho secreto. Me gusta lo que hago, tengo pasión y motivación para seguir entrenando y preparándome. Espero seguir luchando por ganar esta carrera», comentó.
Un Matador que no se rinde
A sus 62 años, Sainz disputa su 18ª participación en el Dakar, donde acumula 42 victorias de etapa y cuatro títulos, dos de ellos logrados en Sudamérica (2010 y 2018) y otros dos en Arabia Saudita (2020 y 2024). El año pasado, hizo historia al convertirse en el primer piloto en ganar con un coche eléctrico, el Audi RS Q e-tron diseñado por el argentino Juan Manuel Díaz.
El vuelco y los problemas mecánicos lo dejan lejos de la pelea por el título este año, pero Sainz no baja los brazos. «Recuperar mañana es complicado, pero si la mecánica está bien, a ver si podemos traer el coche a casa», afirmó Navarro.
Resiliencia pura la del Matador. En 2023, Sainz volcó fuerte, pero luego fue campeón en 2024. Carlos Sainz, del Team Audi Sport, reacciona tras sufrir un accidente con su coche durante la etapa 9 (REUTERS/Hamad I Mohammed ).
Con 10 etapas por delante y desafíos como el Empty Quarter, una de las zonas más duras del recorrido, las posibilidades de Sainz dependen de la fiabilidad de su Ford Raptor y de que los líderes no sufran contratiempos.
El Rally Dakar es una prueba de resistencia en la que no solo se premia la velocidad, sino también la capacidad de sobreponerse a las adversidades. Carlos Sainz, con su espíritu indomable, encarna esa esencia mejor que nadie.
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