Ucrania detuvo durante la madrugada del miércoles 1 de enero el transporte de gas natural ruso a través de su territorio, tal y como había advertido que haría días antes. Así lo confirmó la gasista estatal rusa Gazprom en un comunicado, en el que explicó que ha sido la falta de un acuerdo de renovación de sus servicios con el país lo que ha dejado a la compañía sin las condiciones técnicas y legales necesarias para mantener el tránsito de gas por territorio ucraniano.
“Debido a la negativa repetida y claramente expresada por la parte ucraniana a renovar estos acuerdos, Gazprom se ve privado de la capacidad técnica y legal de suministrar gas para el tránsito por el territorio de Ucrania a partir del 1 de enero de 2025″, afirmó el consorcio en el comunicado.
El sistema de gasoductos de Ucrania desempeña un papel clave en la exportación de gas ruso por parte de Gazprom hacia países como Austria, Hungría, Eslovaquia y Moldavia. Este acuerdo de tránsito representaba para Kiev un ingreso anual cercano a los 700 millones de dólares, mientras que Gazprom perderá cerca de 5.000 millones de dólares en ventas de gas. Por ello, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dejó claro el pasado 19 de diciembre en Bruselas que Ucrania no permitiría que Rusia siguiese obteniendo “miles de millones adicionales” mientras continúe su agresión militar contra su país.
La irrupción del paso del gas por Ucrania ha supuesto tensiones entre países que dependen de su suministro. El primer ministro de Eslovaquia -país que recibe aproximadamente el 60% de su gas de Rusia- , Robert Fico, ha calificado la decisión de Ucrania de “sabotaje” y ha asegurado que el corte del suministro tendrá “severas consecuencias” económicas para la Unión Europea (UE) que, según un estudio de una empresa gasista de su país, tendrá que gastar “entre 60.000 y 70.000 millones de euros adicionales” por ese corte del suministro
Otro de los países más afectados será Moldavia, que ya el pasado día 13 decretó emergencia energética por 60 días, ya que su única central termoeléctrica funciona con gas proveniente de Rusia. Desde el Gobierno han afirmado que tendrán que adoptar medidas para reducir en un tercio su consumo de gas. En la región separatista de Transnistria, la situación es aún más crítica debido a su total dependencia del gas ruso, mientras que el resto del territorio moldavo todavía tiene la posibilidad de abastecerse a través de suministros procedentes de la vecina Rumanía.
Sin embargo, desde el inicio de la guerra en Ucrania, la Unión Europea ha intensificado sus esfuerzos para reducir su dependencia del gas ruso, por lo que el resto de países deberían seguir subsistiendo sin problemas.
Bruselas ya había comunicado que el impacto del fin del tránsito de gas ruso por Ucrania en la UE sería limitado tanto en volúmenes como en alcance y, en concreto, confía en suplir este suministro a través de cuatro rutas alternativas desde Alemania, Italia y Polonia y Grecia y Turquía. No obstante, y a pesar de los progresos de la Unión Europea en reducir su dependencia del suministro, Europa ha enfrentado un aumento en los costes energéticos, que ha perjudicado la competitividad de la industria europea, particularmente la alemana, en comparación con sus principales rivales: Estados Unidos y China.
De hecho, el mismo día que se conocía la noticia del corte de suministro, fuentes de la Unión Europea admitían que se trataba de una decisión “esperada” y por la que ya estaban trabajando: “La detención del flujo (de gas ruso) por Ucrania el 1 de enero es la situación esperada y la UE está preparada para ello”, subrayaron y enfatizaron que la institución ha trabajado “durante más de un año” con los Estados miembros para prepararse para un escenario así.
La infraestructura gasística europea es “lo suficientemente flexible” para transportar gas de distintos orígenes a través de “rutas alternativas”, explicaron las fuentes a la Agencia EFE, para después añadir que el bloque también se ha reforzado con “nuevas y significativas capacidades de importación de GNL (gas natural licuado) desde 2022″.
Además, el pasado mes de noviembre, el Comisario Europeo de Energía y Vivienda afirmó que en sus primeros 100 días de mandato presentará “un plan sobre cómo acelerar el fin de nuestra dependencia del gas ruso antes de 2027″, y explicó que Europa solía “obtener el 45% del gas de Rusia. Ahora hemos bajado al 18%, pero el 18% sigue siendo demasiado, necesitamos ser 100% independientes del combustible ruso”.
En España, concretamente, el gas llegó en 2024 procedente de 14 países distintos, según los últimos datos provisionales publicados por Enagás este jueves, lo que subraya una gran diversificación de suministro, en línea con el objetivo de la UE de reducir su dependencia del gas ruso. Además, según destaca la compañía energética, el dato posiciona a España como “un punto estratégico de entrada de gas natural licuado de Europa”.
A falta de datos desglosados de 2024, en 2023, de entre todos los proveedores (fueron 17) destacaron Argelia, que recuperó la primera posición como principal país suministrador (29,2% del total) y Estados Unidos en segunda posición (21,1%), mientras que ya en el tercer puesto se encontraba Rusia, con el 18,3% de aprovisionamiento. Otros países que importaron gas a España fueron Francia, Portugal, Trinidad y Tobago, Egipto o los Países del Golfo.
*Noticia elaborada con información de agencias