Novak Djokovic, máximo ganador en la historia del Abierto de Australia, ya se encuentra en Melbourne para disputar el primer Grand Slam del año, que comenzará el próximo 12 de enero. Sin embargo, en la previa del certamen, el tenista confesó un sentimiento inesperado: el estrés que experimenta cada vez que pisa suelo australiano.
En una entrevista con el diario australiano Herald Sun, el serbio admitió que aún lidia con las secuelas emocionales de lo sucedido en enero de 2022, cuando fue deportado del país por no cumplir con los requisitos de vacunación contra el Covid-19: «Tengo un poco de trauma para ser sincero. Las dos últimas veces que aterricé en Australia, al pasar por el control de pasaportes e inmigración, algunos rastros siguen ahí», confesó.
El episodio marcó un antes y un después en su carrera, ya que le impidió disputar la edición de ese año y fue objeto de un intenso escrutinio mediático a nivel mundial.
El conflicto comenzó cuando Djokovic arribó a Melbourne sin estar vacunado contra el coronavirus, alegando que ya estaba inmunizado tras haber contraído la enfermedad. Sin embargo, las autoridades australianas consideraron que no cumplía con las normativas sanitarias y le denegaron la entrada al país.
Mientras se resolvía su caso en los tribunales, el deportista fue retenido durante 10 días en un hotel para inmigrantes, lo que generó una fuerte controversia internacional. Finalmente, el deportista fue deportado y no pudo participar en el torneo, que terminó siendo ganado por Rafael Nadal.
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A pesar del revés que recorrió el mundo hace unos años, Djokovic regresó al Abierto de Australia en 2023 y se consagró campeón tras vencer a Stefanos Tsitsipas en una final memorable. Con ese título, sumó su décima segunda corona en Melbourne, consolidándose como el máximo ganador de la historia del torneo.
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