El Gobierno pretende que la negociación con el FMI se convierta en el puntapié inicial de la tercera fase del programa económico, que derive en la eliminación del «aberrante» cepo cambiario, tal como lo calificó el presidente Javier Milei, durante su comentada entrevista en el marco del Foro de Davos.
Milei aseguró que en cuanto consiga financiamiento internacional buscará levantar las restricciones, un reclamo que le vienen haciendo el mercado y las empresas. «Estamos comprometidos a sacar los controles de capitales y el cepo, que es una herramienta de expropiación por parte del sector público», dijo el mandatario.
Javier Milei y Luis Caputo inician la Fase 3
Pero también explicó la importancia de tener el timing necesario para toma esa medida: «El cepo es aberrante y lo voy a sacar. Lo que sucede es que soy liberal libertario, no soy liberal libertarado. No solo son las cuestiones de flujo, sino las de stock», insistió Milei.
Y detalló que se saldrá de las restricciones cambiarias «cuando logremos reconstituir el equilibrio de stocks en el Banco Central. La diferencia es que, si conseguimos financiamiento, la salida es más rápida».
El Gobierno cree que se está cada vez más cerca de alcanzar ese objetivo, que está incluido en las conversaciones que acaban de empezar en Buenos Aires entre el ministro Luis Caputo y los enviados del organismo multilateral.
A ellos, les explicó que cualquier tipo de acuerdo que se firme de financiamiento se ingresará al Tesoro para recomprarle deuda al Banco Central. Así, la deuda total no aumentará, solo cambia la composición, y se recompone el balance del Banco Central. Cuanto más solvente es el BCRA, el nivel de precios de equilibrio es más bajo, razonan en la Casa Rosada.
Cepo e inflación: las claves del Gobierno en pleno año electoral
Para Milei y Caputo, cuando se recompone el balance del Banco Central, se baja la inflación de largo plazo. Bajar los precios será la clave en el año electoral, porque rinde en votos, como lo reflejan los sondeos que detectan una mejora del humor ciudadano en los últimos meses.
En Davos, Milei buscó aventar cualquier fantasma y les dijo a los hombres de negocios que la salida del cepo «no está en discusión», pero explicó que «no puede aún plantearla hasta saber de cuánto dinero se está hablando».
Como viene señalando iProfesional, para el Gobierno no solo es importante el monto del préstamo del FMI, sino sobre los plazos de desembolso. Insistió sobre el tema Milei en Davos y se lo dijo Caputo a los enviados del Fondo.
Estados Unidos y el FMI, claves para levantar restricciones
De paso, el Presidente argentino aprovechó la vidriera internacional para enviar otra señal de alineamiento con los Estados Unidos, al ratificar su decisión de avanzar en un tratado de libre comercio con la primera economía global. «Estamos trabajando muy fuerte en la posibilidad de abordar un Tratado de Libre Comercio. Recientemente, cuando asumí la presidencia pro tempore del Mercosur, señalé que debía avanzar en tres líneas: lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y acuerdos de libre comercio», recordó.
Al respecto, el jefe de Estado afirmó que estaría dispuesto incluso a salir del Mercosur en caso de una «condición extrema» para avanzar con acuerdo comercial con su par estadounidense Donald Trump. Y lo justificó en que Argentina ha decidido «volver a integrarse al mundo, quiere recuperar su parte dorada de la historia, cuando era un actor importante del mundo y para eso hay que avanzar en tratados de libre comercio y el Mercosur no puede ser una traba».
Caputo se bajó de la cumbre de Davos y regresó desde Estados Unidos a Buenos Aires para concentrarse en el tramo final de las negociaciones con el Fondo Monetario. El equipo económico ya mantuvo los primeros intercambios con una misión del organismo en el país para avanzar en un nuevo acuerdo que permita obtener fondos frescos y acelerar la salida del cepo.
El ministro de Economía no solo está atento a las reuniones con los enviados del organismo. También pretende salir bien parado del sorpresivo canje voluntario de deuda, que se realizará este viernes, donde busca patear para el 2026 los vencimientos del segundo semestre de este año.
Además, decidió acelerar con la baja del 20 por ciento en las retenciones, para dar respuesta al reclamo de los productores afectados por la sequía y la caída de precios internacionales.
Y resolvió reducir a cero los derechos de exportación para productos de las economías regionales.
En el marco de lo que puede considerarse el inicio de la Fase 3 del programa económico, se espera lograr nuevos desembolsos por al menos u$s11.000 millones del FMI para reforzar las reservas y eliminar las restricciones cambiarias.
Además, el Gobierno ya cerró un crédito REPO por u$s1.000 millones en enero y busca financiamiento de fondos de inversión. Todo indica que entre febrero y marzo habría otro desembolso similar.
La Argentina mejoró su posicionamiento con los organismos multilaterales y los acreedores tras lograr su primer superávit financiero desde el 2010: fue equivalente a un 0,3% del PBI. Ahora debe mejorar la acumulación de reservas netas, que continúan en terreno negativo en unos u$s 5.500 millones.
El Fondo pide una «estrategia creíble» para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria.
Mientras el Gobierno anunció que a partir de febrero reducirá aún más el ritmo de las microdevaluaciones (crawling peg) al 1% por mes, el organismo advirtió sobre «amplios controles cambiarios, que deberán desenrollarse para aliviar las distorsiones y recuperar el acceso a los mercados de capitales, y la apreciación del tipo de cambio real como resultado de la preservación de un lento crawling peg». Sostuvo que ambos factores podrían «dificultar la acumulación continua de reservas de divisas».
El equipo económico busca mantener anclado el dólar, evitar una nueva devaluación y contener las paritarias, todo para sostener la baja de la inflación de cara a las elecciones de este año. En el FMI tampoco tienen clara la jugada de Caputo de destinar más de u$s1.600 millones a mantener la brecha cambiaria, operando en el segmento de contado con liquidación.
Inflación en dólares y política monetaria: las 2 claves de la Fase 3
Esta tercera fase del programa económico girará en torno a dejar de lado los controles cambiarios y avanzar en un escenario de competencia de monedas.
Pero también se buscará aclarar los precios relativos, con el fin de avanzar en bajar la inflación en dólares.
Como parte de las negociaciones con el Fondo, también se busca alcanzara una mayor flexibilidad en las políticas monetarias.
Los esfuerzos del Gobierno estarán concentrados ahora en mejorar los ingresos de la cuenta capital del Banco Central, a partir de la emisión de deuda corporativa y la repatriación de capitales nacionales que serán de apoyo a la Cuenta Corriente, siempre un problema para un país como la Argentina, afectado por la restricción externa.
Con mucho optimismo, el Gobierno proyecta que la recuperación será más rápida de lo esperado. Considera que, desde el segundo trimestre del 2024, la actividad económica se fue robusteciendo y que este año el Producto Bruto crecerá fuerte. ¿Cuánto? Como viene anticipando iProfesional, el equipo económico ya trabaja con una hipótesis de suba del 6% en la actividad, superior a todos los pronósticos.
Para fundamentar ese óptimo, señala que el PIB real ya supera su nivel de noviembre de 2023, el crecimiento de la nómina laboral se está recuperando y la tasa de pobreza ha disminuido considerablemente.
Una de las claves que busca el Gobierno para corregir distorsiones estará puesta en la relación entre el tipo de cambio real y la evolución de los salarios en términos reales y en dólares, lo cual explica la preocupación por no convalidar paritarias que exceden esos objetivos, como ocurrió con Camioneros.
Buena parte de la estrategia oficial estará centrada en corregir los precios relativos, teniendo en cuenta que impuestos, barreras comerciales y otros factores son determinantes prominentes del nivel de precios en dólares con relación a los salarios.
Algunos especialistas dudan sobre si el Gobierno tiene un panorama preciso sobre el impacto que el ajuste tuvo sobre el poder adquisitivo, y cómo afectó a los sectores medios y a los jubilados. Señalan, por ejemplo, que la suba de las cuotas de las prepagas por encima de la inflación arrasó con el equilibrio presupuestario de cientos de miles de hogares. Desde el sector de las prepagas admiten que hubo miles de bajas de afiliados que no pudieron seguir afrontando las cuotas. En el caso de los jubilados, en la mayoría de los hogares la ayuda de los familiares a los abuelos se incrementó, resistiendo todo el ecosistema de recursos.
Es un dato clave de cara a las elecciones de medio término que se realizarán en octubre. El Gobierno necesita revertir, aunque sea en parte, la pérdida de poder adquisitivo experimentada por buena parte de la población si aspira a alcanzar un muy buen resultado que le permita revertir la relación de fuerza adversa en el Congreso.