Un Tribunal de Corrientes condenó a prisión perpetua a una joven madre por matar a su hijo discapacitado y ocultar el cuerpo en un descampado de Paso de los Libres. Como la mujer tiene una hija pequeña, cumplirá los primeros tres años de la sentencia en su casa y luego será llevada a una unidad penal.
El fallo recayó sobre Brenda Miño (20), quien durante el juicio oral y público optó por no declarar ante los jueces del Tribunal de Juicio. La joven fue asistida por las defensoras oficiales María Susana Ferreyra y María Soledad Fresneda, quienes esperarán los fundamentos del fallo para recurrir en Casación.
La investigación comenzó a mediados de febrero del año pasado cuando unos perros desenterraron el cuerpo de un chico en un descampado próximo al barrio La Torcaza, en la zona periférica de Paso de los Libres.
El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, pero no impidió que los médicos forenses hallaran evidencias de un posible homicidio. El más rotundo: un fuerte golpe en el cráneo.
Apenas comenzaron a circular las imágenes del cuerpo desenterrado por los animales, una mujer se presentó en la comisaría y denunció que los restos podrían ser de su nieto, ya que las ropas eran coincidentes.
La abuela relató que el 20 de enero de 2023 su hija Brenda llevó al pequeño al Hospital San José y retornó sola. A su madre le dijo que se había encontrado con una asistente social y que lo había entregado ante la imposibilidad de brindarle los cuidados que necesitaba. Es que, además de un severo cuadro de desnutrición, el chico presentaba una discapacidad motriz.
Los testimonios de los vecinos de Brenda no la beneficiaron. En su momento, ante el fiscal Facundo Sotelo, señalaron que la joven –había sido madre a los 15 años– “no lo atendía como correspondía, no lo higienizaba con frecuencia, podemos decir que había cierto abandono del chico”, indicó el responsable de la investigación.
Apenas fue detenida, Brenda negó que el cuerpo fuera de su hijo, pero los estudios corroboraron la filiación y el caso se encaminó hacia el juicio como un homicidio calificado por el vínculo.
Nahitan tenía cuatro años cuando, según lo determinaron los jueces de Paso de los Libres, fue asesinado por su madre y su cuerpo enterrado en un baldío próximo a las vías del ferrocarril.
Durante el juicio, Brenda optó por no declarar y las defensoras oficiales buscaron plantear dudas sobre las causas de la muerte.
Según la historia clínica, el chico presentaba escoliosis dorso lumbar, luxación congénita de la cadera izquierda, luxación de codo izquierdo con desplazamiento anterior y un severo cuadro de desnutrición.
Uno de los médicos no descartó que, por su patología, Nahitan haya fallecido a causa de una broncoaspiración alimentaria, pero que eso no se pudo probar por los días que llevaba enterrado.
Además, plantearon como atenuantes la situación de extrema vulnerabilidad en la que vivía la joven con su madre, el chico y su hijita de seis meses.
Para el fiscal de Investigaciones Concretas, Facundo Sotelo, Brenda se aprovechó de la condición física del menor, y de su discapacidad, para matarlo y descartar el cuerpo en un baldío. Y que ante su familia alegó que lo había entregado a una asistente social con la que se cruzó en el hospital. Argumentó que tomó esa decisión porque no estaba en condiciones de darle una buena calidad de vida, más que nada por la discapacidad del niño.
El Tribunal de Juicio finalmente condenó a Brenda a prisión perpetua, pero decidió que permanezca en su casa, con un dispositivo de monitoreo electrónico, hasta que su hija cumpla cinco años. Luego deberá terminar de cumplir la pena en una unidad penal de Corrientes.
EMJ