Presidencia de la Nación prepara un acto para Javier Milei de cara al próximo miércoles 2 de abril ante el cenotafio de los caídos en la guerra con el Reino Unido que se levanta en Plaza San Martín. Será su segundo Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, y el formato de la ceremonia se planea sobre la base del que ya se hizo en 2024.
Sin embargo, de concretarse el acto, surgen dudas si la van a invitar a la vicepresidenta Victoria Villarruel, explícitamente “nacionalista” y “malvinera”, pero excluida de casi todos los encuentros del Ejecutivo en el que se encuentren los hermanos Milei, con quienes tiene el vínculo cortado. Una fuente oficial dijo que el acto de este año será “obvio sin” la Vicepresidenta.
En 2024, Milei y Villarruel sorprendieron con el acto de fuerte reivindicación de la soberanía de Malvinas frente a Reino Unido y ante el monumento que recuerda a los muertos de la guerra de 1982. El kirchnerismo había apuntado contra él en la campaña electoral por su admiración al programa ultra liberal de Margaret Thatcher y en la Plaza San Martín se mostró reivindicando las Malvinas y la Antártida como argentinas. Llevaban apenas cuatro meses en el poder, y la relación entre ellos no había empezado bien con la gestión sobre todo entre la vice y Karina, pero no estaba tan deteriorada como hoy.
Trascendió que la Vicepresidenta podría encabezar otro acto con veteranos de la guerra, en el Senado, y el 4 de abril.
El vinculo bilateral fluido, Malvinas en el limbo
Este 2 de abril encuentra a Milei en una sintonía de total frialdad con el Reino Unido si se la compara al acercamiento que hubo entre él y el ex primer ministro conservador Rishi Sunak y su nulo diálogo con el laborista Keir Starmer, a quien no saludó cuando asumió el poder, y con quien nunca habló. Pero se trata de diferencias ideológicas que nada tienen que ver con las Malvinas.
A su vez el diálogo que habían abierto la ex canciller Diana Mondino con su par David Lammy, secretario de Estado para las Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido se encuentra en el limbo.
Ambos habían consensuado una serie de objetivos comunes sobre la relación en el Atlántico Sur, incluyendo el conflicto por las Malvinas, el reinicio de un segundo vuelo desde las islas a San Pablo, Brasil, y la finalización del proceso de identificación de las tumbas en las islas, entre otros muy importantes como un tibio entendimiento sobre la conservación pesquera.
El Reino Unido y Argentina disfrutan de una saludable relación comercial que, por primera vez, ha superado los 2.000 millones de libras esterlinas en comercio agregado.
Hay 120 empresas británicas con una operación permanente en el mercado argentino. Hay una segunda oleada de empresas que están llegando atraídas por el nuevo régimen de grandes inversiones de Argentina, RIGI (incluyendo el anuncio de inversiones por más de US$ 2.500 millones que realizó la minera británica Rio Tinto). Hoy por hoy, las áreas prioritarias para expandir el comercio son en los ámbitos de la tecnología agrícola, la seguridad, la energía, la infraestructura, los servicios financieros, y las ciencias de la vida.
Desplazada Mondino, el diálogo por Malvinas fue literalmente tomado por el vicecanciller Eduardo Bustamante, diplomático con formación militar, que tomó control incluso del trabajo de Paola Di Chiaro, la directora del área, y generó fuertes enojos incluso en el Ministerio de Defensa y Seguridad. Sobre todo, en el Ministerio que maneja Luis Petri, existe hoy una intensa actividad en las relaciones internacionales, porque desde allí se arma la estrategia de acercamiento a la OTAN, y se mantiene el vínculo fluído con Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.
Pero muchas de las actividades de Economía, Defensa, Seguridad y Salud con Reino Unido necesitan de la luz verde de Cancillería, y es Bustamante quien se las termina “pisando” dicen.
Entre tanto, sólo un encuentro entre el canciller Gerardo Werthein y Lammy podría activar lo pautado el año pasado, lo que sin embargo recibió muchas críticas de la oposición.
Semanas atrás Werthein mantuvo una reunión con la embajadora Kirsty Hayes. Según supo Clarín, el tema Atlántico Sur no fue lo específico, sino que fue la primera reunión desde que asumió GW con la embajadora del Reino Unido. Repasaron la relación. Se dijo que van a continuar con el paquete de cooperación que habían acordado Lamy y Mondino, aunque no hubo grandes avances concretos en la ejecución.