Con una inflación proyectada en torno al 2%, el Gobierno sostiene su estrategia con paritarias restringidas, dólar calmo y bajo consumo.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista, Jorge Neyro, quien comentó que, “las estimaciones están en torno al 2%, más, menos algunas décimas”.
Según explicó, “la mayor parte de los relevamientos privados ubican la inflación de mayo en niveles similares a los mínimos que mostró el Gobierno el año pasado”, lo que representa un dato alentador para la administración de Javier Milei.
Con proyecciones que oscilan entre el 1,7% y el 2,3%, Neyro sostuvo que “a menos de dos meses de la salida del cepo, es un número muy bueno”, y aseguró que la baja de precios se convirtió en el principal objetivo económico: “El Gobierno está apostando todo al número de inflación”.
Los factores detrás de la baja
El economista identificó varios pilares de esta desaceleración. En primer lugar, “el Gobierno continúa manteniendo el dólar muy calmo, alrededor de 1.150 pesos”, lo que contribuye a estabilizar precios. También destacó “un ancla salarial importante”, con paritarias que rondan el 1% mensual, como otro de los grandes condicionantes de la inflación.
Además, la apertura comercial trajo más competencia externa, lo que “disciplinó” los aumentos. La situación estacional también jugó a favor: “los precios de frutas, verduras y carnes vienen estables”, comentó, y señaló que la inflación núcleo fue más alta que la general por la baja incidencia de regulados y estacionales. El único aumento significativo fue el del transporte: “Los colectivos subieron un 7% a fin de mayo, pero ese impacto se va a sentir más en junio”.
Ancla salarial: ¿una bomba de tiempo?
Uno de los principales motores de la desaceleración inflacionaria también genera tensiones sociales. Neyro detalló que “el ancla salarial se monta sobre una dinámica muy heterogénea”, en la que algunos sectores recuperaron ingresos, pero otros siguen muy rezagados. “Los salarios privados registrados crecieron fuertemente a fin del año pasado, pero los públicos e informales siguen muy por debajo”, explicó.
La desigualdad es evidente: “El ancla salarial sobre salarios públicos perpetúa mucho más la pérdida de poder adquisitivo anterior”. El reciente paro de colectivos y reclamos en sectores como la salud reflejan estas tensiones. Aun así, el Gobierno apuesta a que la situación puede sostenerse: “Mientras no sea demasiado extrema, creen que se puede sobrellevar”, resumió Neyro.
El efecto desigual y la fatiga del ajuste
El entrevistado reconoció que el ajuste económico tiene límites: “Lo que estamos viendo es lo que en economía se llama la fatiga del ajuste”. Este fenómeno ocurre cuando, tras un período de resignación salarial, comienza a pesar el deterioro del poder adquisitivo. “Uno puede aceptar un ajuste un tiempo, pero no permanentemente, porque ahí la situación cambia de color”, sostuvo.
La gran pregunta es cuánto tiempo puede durar esta estrategia sin quebrarse. “La situación no es igual para todos: aún dentro del sector privado hay desigualdades, y eso genera tensiones que se están empezando a expresar”, advirtió. Con sindicatos debilitados y reclamos sectoriales aislados, Neyro indicó que, “es más difícil medir la temperatura social”, pero la advertencia es clara: “Si esto continúa, la fatiga del ajuste se va a seguir notando”.