«Amores Materialistas»: la película en la que solo Chris Evans puede brillar

Realmente el cine me ha vuelto a fallar. Lo cierto es que la expectación que me generaba el nuevo trabajo de una directora como Celine Song que, con su obra anterior, me conmovió hasta la médula, se vio puramente arruinado con el estreno de «Amores Materialistas» que ya está disponible en cines. La tan anticipada nueva cinta de Celine, con un elenco de lujo que prometía diseccionar las complejidades del amor moderno es, por sobre todas las cosas, un desorden constante de muchos tópicos sin resolver.

Tras la proyección descubrí que la película fue todo, menos lo que esperaba. No encontré, bajo ningún aspecto, narrativas íntimas y conmovedoras sobre el destino, la conexión y las decisiones que marcan una vida tal y como me sucedió con «Past Lives» en su momento.

Aunque ya anticipaba que no sería una comedia romántica al uso, la sensación predominante fue la de una obra que, en su afán por abordar demasiados tópicos, no logró resolver ninguno, recayendo constantemente sobre los mismos puntos y dejando un vasto terreno inexplorado que pedía a gritos un mayor desarrollo. Lamentablemente, la dirección de Song, que tanto brillo aportó en su trabajo previo, aquí se sintió lenta, plana y, por momentos, aburrida, incapaz de inyectar el dinamismo que la historia requería.

Aun así, es imperativo destacar que el guion de «Amores Materialistas» es, en su concepción, una disección inteligente de las conexiones humanas en el siglo XXI. La escritura de Song tiene una innegable capacidad para ir mucho más allá de una simple historia de amor, abordando con perspicacia cómo las aspiraciones, el estatus y las circunstancias de la vida contemporánea influyen decisivamente en el amor y las decisiones del corazón. Existe en su esencia una valentía admirable al rehusarse a ser cínica, aferrándose, como bien percibimos, a nuestras más tiernas creencias en torno al amor y sus misterios. Esta fe subyacente en el amor a pesar de la complejidad moderna es, sin duda, la clave para entender el verdadero significado que Celine Song busca imprimir en sus obras, y eso, en papel, sigue siendo poderoso aunque a veces no encantador.

No obstante, esta brillantez conceptual del guion se ve opacada por una ejecución que le faltó dinamismo, orden y, crucialmente, mucha más conexión entre los protagonistas. La narrativa, a pesar de sus ideas profundas, no logró traducirse en una experiencia cinematográfica que enganchara de principio a fin, dejando un vacío en la interacción que era fundamental para el romance.

En este escenario de altibajos, el único resplandor que logra atravesar la pantalla con una autenticidad arrolladora es Chris Evans en su papel de John. Su interpretación es auténtica, verídica y forja un camino dominante a lo largo de toda la historia, convirtiéndose en el pilar actoral que sostiene gran parte del interés y la verosimilitud de los personajes en pantalla.

En definitiva, «Amores Materialistas» es una película de ideas ambiciosas y un guion prometedor, pero que tropieza en su puesta en escena y en la construcción de la química central lo que era fundamental para que esta especie de sociología romántica pueda ser comprendida. Intenta ser una obra profunda y significativa, pero la falta de dinamismo y la dilución de sus tópicos le impiden alcanzar las alturas que su premisa sugería. Aunque no «voló la cabeza» como se esperaba, y a pesar de una dirección que no logró elevar la propuesta, la película aún invita a la reflexión sobre el amor en tiempos modernos, recordándonos que incluso en la decepción, siempre hay algo valioso que desentrañar.