El Gobierno se enfrentó una vez más a un mercado que dudó de los instrumentos de la deuda, pidió tasas altas y tiene en sus manos pesos que pueden derivar una vez más en presión sobre el dólar. Pese a mejorar la oferta y a una ayuda del Banco Central, el resultado del test fue desaprobado y en la City porteña la creencia es que los bancos no confían en los bonos del Tesoro y que el equipo económico “habló de más”.
En los próximos días, habrá unos $5,7 billones sueltos que pueden tener varios destinos. Lo deseado por el equipo económico es que migren a la ventanilla de liquidez, una puerta de emergencia que abrió el Central con el objetivo de prestarle a los bancos el cash que buscan, a cambio de una garantía de Letras a dos meses con una tasa de REPO más 2%. Otra parte irá a encajes sin remunerar y el restante, al dólar.
La cuestión es qué tan atractivo es ese salvoconducto que habilitó la autoridad monetaria frente a una nueva referencia de tasas, que quedó en el orden del 69% anual y superior a 4% mensual -casi al doble del dato que horas atrás publicó el Indec para la inflación de julio del 1,9%- que convalidó el Tesoro, en continuidad con la estrategia oficial de utilizar la astringencia monetaria para absorber moneda local y controlar los precios con la cantidad de dinero. El costo lateral de la maniobra será el efecto contractivo de subir tasas de financiamiento al crédito para empresas y familias.
Presión por las tasas, el pago de créditos y plazos fijos
Para instrumentos a enero, llegó a ofrecer un interés mensual del 7,5% con muy baja adhesión; mientras que durante la licitación en los tramos cortos hubo pedidos de parte de entidades financieras de tasas del orden del 6% mensual, indicaron fuentes del mercado a PERFIL.
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Según consideró el analista financiero Ezequiel Vega: “Esta estrategia es efectiva en un horizonte de no más de 90 días, dado el elevado costo de financiamiento”. “Las colocaciones se concentraron en instrumentos a tasa fija, mientras que las letras dólar linked y el Boncer quedaron desiertos, reflejando que el mercado hoy prioriza rendimientos nominales altos, por sobre la cobertura frente a la inflación o el tipo de cambio oficial. El 39% que no ingresó a la licitación se debería canalizar vía ventanilla de liquidez», señaló a este medio.
Dudas sobre los bonos del Tesoro
La lectura de los agentes del microcentro porteño es que a las entidades bancarias poco les gustan los bonos del Tesoro y que aún no se acostumbraron a funcionar con ellos, luego de un desarme de Lefis inoportuno y traumático en el momento inadecuado. “Está muy picado el tema crédito y el tema de cuánto pagar los plazos fijos para captar fondos. Es un poco desconfianza y que, estructuralmente, son momentos muy complicados”, subrayó el exdirector del BCRA, Jorge Carrera.
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“Una tasa alta cuando te vas acercando a un evento relativamente disruptivo de cambio régimen como es una elección, y que podría tener después un cambio de esquema cambiario, entonces la tasa de interés cada vez se convierte en menos efectiva y tenés que dar mucha más para lograr retener a la gente y que no se dolarice”, explicó en diálogo con este medio.
Sobre las dudas acerca de los instrumentos, un exfuncionario vinculado a la actividad monetaria disparó: “Los bancos no se olvidan que las Letras del Tesoro se reprogramaron en el 2019 y se destrozó el mercado financiero”.
«Hablaron de más», dicen sobre la comunicación del equipo económico
Parte de la estrategia del equipo económico también fue salir a explicar y ratificar el programa económico basado en los agregados monetarios. Luego del desarme de las Lefi el pasado 10 de julio, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del Central, Santiago Bausili, fueron dos semanas seguidas al streaming Carajo a comentar sobre la volatilidad de las tasas y del dólar, en un intento de anclar expectativas difusas. El sábado pasado, el propio presidente Javier Milei publicó un extenso texto apuntando contra la teoría del passthrough y ratificando la inflexibilidad de la decisión de absorber pesos a costa de subir las tasas de interés.
Como contó PERFIL, ya en Wall Street el mensaje del jefe de Estado fue leído como una respuesta a los errores que marcaron agentes económicos al programa monetario. El comentario más reciente fue en la mañana del miércoles, cuando el asesor y director del BCRA, Federico Furiase, dijo en una entrevista radial: “No hay ninguna ventana de liquidez ni nada que se parezca a eso. Esto es una operatoria entre los bancos y el Banco Central, donde el BCRA le da los pesos a los bancos, para que los que están en rojo producto del apretón monetario que se hizo muy fuerte y la suba de encajes, pongan esos pesos como encaje a tasa cero en el Banco Central”.
“Se comieron la cuestión teórica de que la tasa iba a ser volátil, pero que no les importaba porque el mercado se tenía que acostumbrar. Que los bancos trabajasen de bancos. Es decir, en todo lo que hablan, hablan de más”, indicó una voz de la City. Otro de los posibles escenarios es que la tensión sobre la moneda estadounidense se diluya ante una economía que, a temperaturas bajo cero, no tiene el poder adquisitivo para generar una demanda tal que avance mucho el precio del tipo de cambio. Caputo ya tiene aprobado el primer test de una suba del dólar que no se reflejó en las góndolas: mientras el billete avanzó 14% en julio, el índice de precios al consumidor fue del 1,9%.
AM/DCQ