La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó que el muro en la frontera sur será pintado de negro para elevar su temperatura bajo el sol y volver más difícil que los migrantes provenientes de México lo trepen. La funcionaria aseguró que la orden fue impulsada directamente por el presidente Donald Trump.
El anuncio se realizó en Santa Teresa, Nuevo México, durante una visita oficial al muro fronterizo. Frente a los medios, la funcionaria federal tomó un rodillo para participar de la pintura y describió cómo funcionará esta táctica adicional. “Eso es específicamente a petición del presidente, quien entiende que con las altas temperaturas de aquí, cuando algo se pinta de negro, se calienta aún más y será aún más difícil para la gente escalar”, declaró, según CBS News.
La secretaria destacó además que la estructura de acero ya cuenta con otras características disuasorias: su altura complica el ascenso y la profundidad de sus cimientos dificulta excavar por debajo. Con la pintura, el gobierno busca añadir un obstáculo más a los intentos de cruce ilegales.
El jefe de la Patrulla Fronteriza, Mike Banks, acompañó a Noem en el acto y señaló que el recubrimiento negro ayudará también a frenar la corrosión de los bolardos de acero. De esa forma, la pintura cumple un doble propósito: incrementar el calor y proteger la estructura del desgaste.
La administración Trump ya había considerado prototipos con bolardos de “negro mate” durante su primer mandato. Según trascendió, el propio presidente pidió que la pintura absorbiera más calor y que la parte superior de la barrera tuviera puntas afiladas para dar una apariencia más intimidante, recordó New York Post.
Durante años se evaluó esta posibilidad. En 2020, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) había probado secciones pintadas y algunos funcionarios afirmaron entonces que el impacto sería limitado, consignó CNN. Sin embargo, Trump insistió con la medida y ahora la orden se aplicará a todo el muro fronterizo sur.
El plan de pintura se suma al financiamiento aprobado recientemente por el Congreso. La ley conocida como One Big Beautiful Bill, respaldada por Trump, destinó más de 46.000 millones de dólares para la finalización de 1126 kilómetros de muro principal y otras obras de infraestructura.
Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) explicó que las licitaciones activas impiden divulgar el costo exacto del trabajo de pintura, ya que podría alterar futuras contrataciones. Según informó NBC Chicago, Noem agregó que la construcción avanza a un ritmo de 800 metros diarios y que el diseño cambia según la geografía de cada sector.
Grandes tramos de la frontera, de unos 3200 kilómetros, corren a la par del Río Grande en Texas. Allí, el gobierno trabaja también en proyectos de infraestructura fluvial para reforzar el control.
El muro no es la única apuesta del gobierno estadounidense. Miles de militares fueron enviados a la frontera, y en algunas zonas se declararon franjas de terreno como bases militares, lo que habilita la detención inmediata de cualquier persona que ingrese. Además, el DHS desplegará cámaras, sensores y tecnología avanzada para vigilar los cruces. Con esa combinación de infraestructura, vigilancia y presencia militar, la administración busca consolidar su control de la frontera sur.
El anuncio coincide con una reducción drástica en las detenciones de migrantes. En junio se registraron poco más de 6000 arrestos en toda la frontera sur (unos 200 por día), la cifra más baja en décadas. Esa caída contrasta con los máximos alcanzados durante la administración Biden, cuando las aprehensiones superaban las 6000 por día.