En diálogo con Canal E, Gustavo Damián González, periodista y analista político, evaluó las consecuencias del resultado electoral en la Provincia de Buenos Aires y apuntó contra la limitada respuesta del oficialismo.
Kicillof se fortalece y el peronismo se reagrupa
El revés electoral del gobierno nacional no solo impactó en la escena política, sino que abrió el camino para nuevas estrategias dentro del peronismo. Según González, “lo que hizo Axel Kicillof el día domingo fue el lanzamiento de la campaña presidencial”, marcando una intención clara de proyección hacia 2027.
El triunfo en distritos históricamente adversos como Tandil, Pergamino y Chivilcoy, junto al rol clave de los intendentes en las urnas, revitalizó al peronismo bonaerense. “Cuando los intendentes ponen el cuerpo fuerte, se ve después en las urnas con guarismos realmente impresionantes”, destacó González.
El analista subrayó además el impacto del abstencionismo no peronista, que debilitó al oficialismo: “La macroeconomía no llegó a la micro, el metro cuadrado del bonaerense no está anotando”, explicó, agregando que el electorado esperaba que la motosierra fuera contra la corrupción, y en cambio el gobierno multiplicó sus frentes de conflicto.
“Se eligió una multiplicidad de enemigos: periodistas, jubilados, personas con discapacidad, incluso un niño con trastorno autista”, sostuvo González, remarcando cómo esta actitud generó rechazo en amplios sectores sociales.
Falta de reacción real y diálogo político
Frente al resultado adverso, el gobierno convocó a una reunión de gabinete reducida, que fue rápidamente cuestionada. “Esto a mí me gusta poco, sin ninguna duda”, sentenció González, indicando que la iniciativa no estuvo a la altura del momento.
“El poder de reacción está siendo bastante lento”, remarcó, y agregó que el oficialismo “necesita mucho más diálogo, especialmente con gobernadores afines que quieren ayudarlo”. Nombres como Valdés o Nacho López ya pidieron establecer una vía institucional con la Casa Rosada, pero sin respuesta clara.
Aunque desde el gobierno se esperaba un cambio de gabinete tras la derrota, no hubo señales en ese sentido. “También se esperaba algún cambio, y eso habría sido un signo de debilidad”, explicó. Sin embargo, advirtió que en octubre podría producirse una reconfiguración natural, ya que “muchos ministros se presentan como candidatos”.
Sobre el estado general del gobierno, fue contundente: “Todo está bien cuando las cosas más o menos se encaminan, pero cuando la cosa empieza a debilitarse, todo esto empieza a pasar factura”.
Para González, la principal carencia es la falta de autocrítica real: “No se puede utilizar la misma estrategia de pelearnos con todo el mundo”, concluyó.