En los primeros ocho meses del año, el gasto primario indexado registró una suba real interanual del 19,7%, mientras que el gasto no indexado cayó 11%. Como resultado, el gasto primario total acumuló un incremento real del 2,6%”, detalló el IARAF.La evolución del gasto indexado en 2026 será clave para determinar la calidad del ajuste fiscal que deberá implementar el Gobierno para sostener la meta de superávit primario del 1,5% del PBI. Este rubro incluye, entre otros, las jubilaciones, que ahora se actualizan en función del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por ejemplo, en agosto de 2025, para poder otorgar un aumento real del 7,4% en el gasto ajustado por inflación, el ministro Luis Caputo se vio obligado a aplicar un recorte real del 17,4% sobre el resto del gasto primario.
La discusión cobrará relevancia para el debate presupuestario porque para el año próximo el Gobierno proyecta una inflación del 10,1% y en rigor, todo indica que puede ser el doble. Por lo tanto, el gasto en jubilaciones probablemente crezca el doble de lo previsto, lo que obligará a profundizar recortes en otras áreas.
En los primeros 8 meses del año según dice el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) “la participación de ambos grupos en lo que va del año fue prácticamente igual a la mitad del total de gasto primario”.
Pero señala que “al analizar la dinámica de la variación porcentual real interanual de los primeros ocho meses del año, se observa que el gasto indexado creció de manera importante en prácticamente todos los meses, con un pico de incremento del 50% real en febrero”.
En cambio, para financiar la suba de las jubilaciones y los salarios, el Gobierno tuvo que hacer fuertes recortes en otros rubros. Solo subió algo en enero y en los siete meses siguen tuvo caídas.
“Concretamente, en agosto el gasto indexado creció 7,4% real interanual y el gasto no indexado bajó 17,3% real interanual, generando una baja del gasto primario total del 6,4%”, señala el reporte.
Es de recordar que en julio el superávit primario se había acotado a $1,7 billones, pero se registró un déficit financiero de $168.000 millones, lo que obligó a la administración económica a corregir la tendencia.
En los primeros ocho meses del año, el gasto primario indexado registró una suba real interanual del 19,7%, mientras que el gasto no indexado cayó 11%. Como resultado, el gasto primario total acumuló un incremento real del 2,6%, detalló el IARAF.
El texto del Presupuesto que presentó el Gobierno es consistente con los supuestos económicos en los que está basado, es decir, crecimiento del 5% con inflación a menos del 1% mensual. El problema es que muy probablemente no se cumplan.
Y entonces, el efecto sobre las partidas indexadas será de un gasto mucho más alto al previsto, obligado a recortar más en el resto. Tal vez “lo peor no pasó” todavía.
Ajuste en Educación, cultura y Defensa
Según indica el Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC) en el Presupuesto 2026 que presentó el gobierno se financia el incremento de las jubilaciones con recortes en educación, en universidades y en gastos de defensa.
“El esfuerzo por mostrar equilibrio fiscal se concentra en partidas que no cuentan con cláusulas de indexación automática”, señala el CEPEC.
La función Educación y Cultura recibirá $7,74 billones en 2026, equivalente a apenas 0,75% del PIB, muy por debajo del 6% del PBI establecido en la Ley de Financiamiento Educativo. “Esto constituye una eliminación de facto de dicho compromiso legal”,dice el reporte privado.
Las universidades nacionales recibirán transferencias por $5,23 billones, cuando las propias casas de estudio estiman que necesitarán al menos $7,3 billones para sostener su funcionamiento. La diferencia, de $2,1 billones, equivale a 0,2% del PBI. Sin una corrección, las universidades enfrentarán severas restricciones para sostener salarios, funcionamiento y programas de investigación.
En ciencia y tecnología, la asignación de $1,57 billones equivalen al 0,20% del PIB, muy lejos del 1% previsto en la Ley 27.614. Esto significa un retroceso en el financiamiento de la innovación y del sistema científico nacional, con efectos adversos sobre la productividad futura.
La defensa nacional también pierde prioridad: no se prevé la ejecución progresiva del FONDEF, que aseguraba inversiones sostenidas en reequipamiento.
Por el contrario, el presupuesto preserva las transferencias a empresas públicas y a provincias. Las sociedades del Estado contarán con ingresos por $15,64 billones y gastos por $15,09 billones, arrojando un superávit operativo de $0,55 billones.
La política hacia empresas estratégicas (energía, transporte) mantiene apoyo fiscal, aun cuando el ajuste se concentra en capital humano y conocimiento.