Piden diez años de prisión para el policía acusado de aportar el arma plantada

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La familia de Lucas González, el chico de 17 años asesinado por efectivos de la Policía porteña en 2021, pidió diez años de prisión para el oficial Facundo Torres en los alegatos del segundo juicio por el encubrimiento del crimen. El oficial está acusado de aportar el arma de juguete que los agentes plantaron para instalar la falsa versión de un enfrentamiento armado e intentar justificar la balacera en la que Lucas fue asesinado. La Fiscalía, por su parte, pidió una pena de seis años mientras que la defensa solicitó la absolución de Torres.

Los alegatos de la querella, encabezada por el abogado Gregorio Dalbón, y del fiscal de juicio Sandro Abraldes coincidieron en sostener un punto sustancial: que la actuación de Torres fue «determinante» en la trama de encubrimiento por la que seis policías ya fueron encontrados culpables en el primer juicio, además de Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva, los tres agentes de brigada condenados a perpetua por el homicidio de Lucas. Dalbón aseguró incluso que el oficial «es el peor de todos los encubridores» porque «si cerraba la versión falsa con el arma de juguete que él aportó, todos los demás hubieran quedado impunes«. 

La trama del encubrimiento

Las dos partes acusadoras coincidieron también en su versión de la línea de tiempo de la trama de encubrimiento, que inicia inmediatamente después de la balacera de la brigada, datada alrededor de las 9.40 del 17 de noviembre de 2021 en la esquina de Iriarte y Luzuriaga, minutos después de que Lucas junto a tres amigos salieran de entrenar del predio de Barracas Central. El Volkswagen Suran de los chicos fue interceptado allí por el auto de la brigada sin identificación y sus tres integrantes abrieron fuego de inmediato. 

En su alegato, el fiscal solicitó a los jueces del Tribunal Oral Criminal N°29 escuchar la modulación de Isassi tras la balacera: allí el oficial notifica un «enfrentamiento armado» y habla de «cuatro masculinos armados«. A las 9.59 se produce la primera comunicación entre los comisarios ya condenados por el encubrimiento, Fabián Du Santos y Rodolfo Ozán, quien ya había llegado al lugar. Allí Ozán reporta que la brigada se mandó un «mocazo» y avisa que ya mandó a que «busquen lo que tengan que buscar para justificar esto«. 

El fiscal catalogó a ese audio como la clave del encubrimiento, ya que sólo después de eso comenzó el recorrido en moto que ubica a Torres en los hechos. «Entre las 10.15 y las 10.30 Torres lleva a Isassi a la Comisaría 4D. La moto para en la seccional, Isassi espera y el que entra es Torres a buscar el arma de juguete. Después van a volver a la escena en la que se plantó el arma», sostuvo apoyado en un video que reconstruía el recorrido a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona.

Un quebrado

Esas imágenes y los datos de geoposicionamiento de la moto son el principal sostén de la declaración del oficial principal Héctor Cuevas que derivó en la detención y posterior enjuiciamiento de Torres. Cuevas, condenado a cuatro años de prisión en el primer juicio, se quebró durante el desarrollo de ese debate y dijo haber visto el momento en que se plantó el arma. Fue él quien sostuvo que Torres llevó a Isassi desde la comisaría hasta la escena del encubrimiento, que allí Isassi bajó de la moto, extrajo la pistola de juguete del interior de su campera y la plantó en el auto de los chicos

Esa versión fue ratificada por Cuevas durante el desarrollo de este juicio, en el que también repitió que Torres entregó a Isassi la pistola de juguete que tenía guardada en un locker de la 4D. Tanto la querella como la fiscalía hicieron hincapié en otro punto importante: que la consulta judicial por parte de los policías fue realizada a las 10.45 de la mañana de ese día, más de una hora después de la balacera y recién luego del momento en que la acusación data el plantado del arma. 

En cuanto a la imputación, las partes coincidieron en considerar a Torres responsable de encubrimiento doblemente agravado, de falsedad ideológica y por su participación en la privación ilegal de la libertad de Lucas y sus amigos, que pasaron el día y la noche detenidos. Para la querella, estas últimas dos imputaciones fueron en calidad de coautor mientras que la fiscalía le asignó el rol de partícipe primario. Dalbón también consideró que el oficial omitió impedir las «torturas» que recibieron los chicos, algo en lo que el fiscal se diferenció. A eso responden los diferentes pedidos de pena con diez años por el lado de la querella y seis por la fiscalía. 

Piden inhabilitación perpetua

Dalbón pidió la inhabilitación perpetua del agente, mientras que el fiscal solicitó una de diez años. Las dos partes coincidieron en reclamar que la sentencia se enmarque en un caso de violencia institucional y que las víctimas sean reconocidas como tales. El abogado solicitó que sea remitida a los ministerios de seguridad de Nación y Ciudad, mientras que el fiscal sumó otro pedido: que el tribunal ordene la remoción de las notas periodísticas que aún están cargadas en algunos portales y que al día de hoy exhiben la falsa versión del enfrentamiento armado divulgada entonces por la fuerza porteña. 

Tras los alegatos de la acusación llegó el turno de la defensa que pidió directamente la absolución de Torres al sostener que no hay pruebas que acrediten su participación en el encubrimiento. Aunque sus abogados también sostuvieron que la causa muestra un caso de «violencia institucional» y que el arma fue plantada en el auto, negaron que su defendido haya participado en eso. Para esto apuntaron directamente contra la declaración de Cuevas al sostener que el oficial principal mintió para beneficiarse en su condena.

«Con tal de salvarse no se detuvo en perjudicar a quien fuera. Podría haber revelado los hechos en la etapa preliminar, pero lo dijo cuando la prueba se le vino encima«, afirmaron. En cuanto a las imágenes de las cámaras de seguridad, aseguraron que sólo tienen el sentido que le da la acusación luego de la versión de Cuevas «y eso no lo supo sino que lo escuchó en radiopasillo«. Torres reconoce que realizó el trayecto que muestran las cámaras, pero asegura que no fue para buscar el arma de juguete sino cinta perimetral a pedido de Isassi. El juicio continuará este viernes con las palabras finales del acusado y luego el tribunal deberá fijar fecha para la sentencia.  

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