La vida de la actriz puertorriqueña, Adamari López, ha sido un viaje lleno de altibajos, marcado por momentos de alegría y desafíos inesperados. Reconocida por su sinceridad y franqueza al compartir sus experiencias personales, sorprendió al revelar un capítulo impactante de su vida: su experiencia en coma inducido durante tres semanas.
En una entrevista con el conductor mexicano Yordi Rosado en YouTube, que duró poco más de dos horas, la actriz compartió los detalles de este dramático episodio de salud, que comenzó con lo que parecía ser un simple resfriado. “Pasé un susto muy grande con lo de la influenza. A mí me dio lo que pensaba que era un catarro y se me fue complicando”, relató.
Lo que inicialmente parecía ser un resfriado común se convirtió en algo mucho más serio. López recordó cómo su salud se deterioró rápidamente, enfrentándose a una tos persistente y un malestar cada vez mayor. A pesar de sus síntomas, continuó trabajando sin descanso, hasta que finalmente su cuerpo colapsó.
La situación alcanzó su punto crítico cuando la puertorriqueña sintió que iba a desmayarse mientras cargaba a su hija Alaïa. Este fue el momento en que se dio cuenta de que algo estaba mal y buscó ayuda médica urgente. Después de ser evaluada por los médicos, se determinó que la conductora necesitaba ser inducida a un coma para permitir que su cuerpo luchara contra la enfermedad y se recuperara.
Durante su tiempo en coma, su familia estuvo a su lado, y enfrentó momentos angustiantes: “Mi hermano dice que lo llamaba con la mano, pero no podía respirar. No lo recuerdo, solo recuerdo despertarme y ver fotos de mi hija, un rosario, dibujos de los niños que estudiaban en la escuela con Alaïa y un tubo en la garganta. No entendía qué estaba pasando”, compartió, visiblemente conmovida entre lágrimas.
El proceso de recuperación fue largo y desafiante, lo que requirió tres meses de terapia para volver a caminar y hablar. A pesar de las dificultades, la actriz encontró la fuerza para salir adelante y se aferró a la esperanza de un futuro más brillante. En el momento en el que le quitaron el tubo de oxígeno fue difícil para ella, quien describió las 48 horas siguientes como un “golpe durísimo”. Afortunadamente, logró recuperarse después de pasar tres semanas en coma, pero el impacto emocional y físico de esta experiencia dejó una marca indeleble en su vida.
Adamari López es sobreviviente del cáncer de mama
La actriz es un rostro muy conocido en la televisión hispana en Estados Unidos, pero también en México. Su talento ha brillado en numerosas telenovelas como Gata Salvaje y Amigas y Rivales. Sin embargo, su vida se vio envuelta en momentos difíciles cuando recibió el diagnóstico de cáncer de mama en 2005, a sus 33 años, mientras estaba en uno de los mejores momentos de su carrera.
Descubrió una pequeña protuberancia en su seno derecho y decidió someterse a pruebas médicas, lo que condujo al diagnóstico. En ese tiempo, López se acababa de comprometer con su entonces pareja, el cantante Luis Fonsi, poco antes de recibir el diagnóstico. La situación se complicó aún más cuando tuvo que encontrar un médico que pudiera atenderla, ya que su seguro solo la cubría en Puerto Rico, mientras ella residía principalmente en Estados Unidos.
De acuerdo con Voz de América, la actriz, con el apoyo de su familia, buscó diversas opiniones médicas antes de tomar la difícil decisión de someterse a una mastectomía. Este capítulo difícil en la vida de López no solo afectó su salud física, sino también su relación con el cantante. Meses después de recibir su diagnóstico de cáncer de mama, se casó con quien creía que era el amor de su vida. Sin embargo, su matrimonio con Luis Fonsi llegó a su fin después de tres años, convirtiéndose en una de las separaciones más polémicas en la industria del entretenimiento.
A pesar de los desafíos, López ha logrado rehacer su vida y se volvió un ejemplo de fortaleza. Como reconocida presentadora y actriz de telenovelas, se ha unido a una campaña de concientización sobre la importancia de realizarse mamografías de forma regular a partir de los 40 años, según lo recomiendan los especialistas. Aunque fue diagnosticada con cáncer a una edad mucho más temprana, su experiencia la ha llevado a abogar por la detección temprana y el cuidado de la salud de las mujeres.
LA NACION