Conejos, huevitos, canastas y chocolates. La iconografía que acompaña las Pascuas marca un momento del año que genera especial ilusión en los más chicos. Entre las miles de tradiciones que sostenemos, las que realmente valen la pena son aquellas que traen celebración y alegría. Aún cuando en la Argentina las Pascuas no tengan los niveles de popularidad de Navidad o Año Nuevo, en muchas partes del mundo es una fecha con el mismo despliegue. Chocolates decorados, ramas de olivo y decoración son parte de la preparación para una fecha que vuelve a reunirnos alrededor de la mesa.
Pensando en los seis días que tendrá esta Semana Santa repasamos algunas de las propuestas de nuestro bookazine Recibir en casa. Probablemente nunca hayamos tenido tanto tiempo disponible para planear la celebración. Entonces, a aprovecharlo con ingenio.
Desayuno en verde
La Semana Santa todavía nos permite llevar el festejo al aire libre. Si es así, llevemos la mesa afuera.
Planeamos un desayuno de Pascua en tonos de verde, para conectarnos con la vida que no se detiene. El huevo de Pascua es sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento, habla de nuevos comienzos, por eso son tradicionales. En la Edad Media se regalaban huevos de gallina a los niños durante las celebraciones y más tarde, en el siglo XIX, alemanes, italianos y franceses empezaron a hacer huevos de chocolate para comer y regalar el Domingo de Pascua. En los tiempos actuales los padres tienen la costumbre de esconder huevos de chocolate por la casa para los niños. Así que este es un día que empieza con mucha ansiedad y entusiasmo.
Sin mucho despliegue, la decoración tiene como protagonistas a los ramos de follaje y los servilleteros. Para armarlos, simplemente doblá la servilleta por la mitad creando una forma triangular. Enrollá firmemente el extremo pequeño hacia el extremo más grande y centrá el huevo en el medio de la servilleta enrollada. Dobla la servilleta alrededor de él y asegúrala con algún hilo o piolín. ¡y listo, así de fácil!
Otra propuesta de desayuno pero en un marco campestre: siempre con figuras decorativas alusivas a la fecha. Con dulces tradicionales, panificados, café y chocolatada para los más chicos.
Volver a la calma
Como toda celebración religiosa, la pausa que ofrecen estos días puede invitarnos a conectar con cierta calma e introspección. Más alineada con esa búsqueda, esta versión del desayuno pascual deja de lado los colores vibrantes para volcarnos a una estética más serena, inspirada en el espíritu aventurero del recolector y en la naturaleza.
Centros de mesa con ramas, nidos y vajilla artesanal vuelven al valor de lo artesanal. Siguiendo esa línea, el toque de color puede venir de la mano de huevos teñidos con repollo colorado, piel de cebolla, arándanos, cúrcuma o remolacha. Para hacerlo, solo necesitás hervirlos con los distintos ingredientes y dejarlos enfriar en un recipiente de vidrio junto con ese caldo y una cucharada de vinagre durante toda la noche. Y que no falten algunos de chocolate, claro.
Siguiendo la línea de los huevos tenidos, otra opción entretenida para los más chicos es la de pintarlos y colgarlos desde una rama. Para hacerlo, empezamos por vaciarlos con un alfiler y soplar para sacar completamente su contenido. Una vez separada la cáscara entera, los motivos para decorarlos dependen de cada autor.
Aunque la búsqueda de huevos sea el momento clave, la decoración también puede proponer sorpresas que se descubren a segunda vista. Conejos asomando entre las plantas, estatuillas, cerámicas o simplemente una impresión en blanco y negro de las tantas ilustraciones alusivas que podemos conseguir online pueden sumarse al armado.
Figuras recortadas en corcho y plumas atadas con lana o nidos artificiales con un poco de musgo o corteza son adornos que podemos armar con ayuda de los chicos para entretenerlos y transmitir el espíritu festivo.
La Pascua está asociada con la vida que renace, la fertilidad, lo creativo, el origen. Una ambientación bien natural nos lleva a vincularnos con su significado más profundo
Bonus track
Sorprendelos con un desayuno pascual en bandeja. Liviano. Con un huevo pasado por agua, una infusión, una fruta y un conejito custodiando la mesa de luz. El otoño es momento de lindísimas flores: a no dejar pasar la ocasión de usarlas.
