Carlos Alberto Fernández llevaba décadas con una activa militancia en el Partido Justicialista (PJ) y se referenciaba en la conducción de la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario, de quien era además asesor. A sus 63 años, padre de tres hijos y fanático de Boca, fue asesinado el jueves por la noche cuando estaba junto a un amigo y fue abordado por dos delincuentes que le quisieron robar el auto.
Mientras la Policía de la Ciudad intenta dar con los delincuentes que lo interceptaron en el barrio porteño de Boedo, huyeron a pie y luego sustrajeron otro vehículo que descartaron en Villa Fiorito, Lomas de Zamora, se conocen más detalles sobre la víctima.
Fuentes allegadas a Magario confirmaron a LA NACION que el hombre se desempeñaba junto a la exintendenta de La Matanza desde que llegó a la vicegobernación, en 2019, y que ahora trabajaba en el Senado de la Provincia, donde la número dos de Axel Kicillof ejerce como presidenta del cuerpo.
Los registros de la trayectoria política del hombre asesinado están expuestos en sus redes sociales. En su cuenta de X, por ejemplo, tenía de perfil una imagen con su casi homónimo, el exmandatario Alberto Fernández. En su Facebook, en tanto, acumulaba fotos con distintos dirigentes peronistas: no solo con Magario, sino también con el exintendente lomense Martín Insaurralde en las épocas del Frente para la Victoria; con Daniel Scioli, cuando se identificaba con el color naranja y no era libertario; y con los exministros albertistas de Ciencia, Daniel Filmus; y de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos.
Se lo veía participar, asimismo, en una multiplicidad de actos políticos del partido. “La patria no se vende”, exclamó en una de sus últimas participaciones, en una actividad junto a Magario y Kicillof, ya durante el gobierno de Javier Milei. En este marco, distintos allegados a su vida política hablaron en las últimas horas, tras el homicidio, de un día de “tristeza y luto” para el PJ de la ciudad de Buenos Aires.
Seguidor acérrimo de Juan Román Riquelme y ferviente detractor de la dupla Ibarra-Macri para la conducción del club de sus amores, según contaba, desde 2004 estaba casado con su mujer, de nombre María Fernanda, también militante peronista.
LA NACION pudo confirmar en base a fuentes al tanto de la investigación que Fernández murió luego de que los delincuentes le dispararan en la zona del pecho. Los asesinos después se escaparon a pie, en la intersección de Castro y San Juan. Tras eso huyeron en un auto, que habría sido robado cerca del crimen y que fue detectado por el anillo digital cuando cruzó el Puente Alsina. De ahí lo descartaron en Villa Fiorito. El asesor de la dirigente de Unión por la Patria (UP) falleció en el Hospital Ramos Mejía tras ingresar con la herida de bala. Los investigadores sospechan que intentó resistirse al robo.
Mientras que todavía Magario no habló, luego de conocerse la noticia hubo un posteo del diputado nacional de UP por la Capital Leandro Santoro, que vive en el mismo barrio donde asesinaron a Fernández y aprovechó para cargar contra el jefe de Gobierno.
“El barrio está cada vez peor. Les roban a los chicos que salen del colegio, es imposible hablar por celular en la calle porque te lo arrebatan y ahora esta tragedia. Sin demagogia, Jorge Macri, hacé algo porque está difícil vivir acá. Menos polis cuidando presos y más en la calle”, sentenció el legislador, que compitió para alcalde de la Ciudad el año pasado.
LA NACION