Él marcó el camino, él es uno de los motivos del gran presente que viene teniendo Nueva Chicago. Él, hombre de fe, nunca bajó los brazos y volvió a ser determinante para quedarse con los tres puntos y confirmar todo lo bueno que viene realizando. Al igual que en la fecha anterior contra Mitre de Santiago del Estero, Emiliano Méndez le dio la victoria al equipo frente a Defensores de Belgrano, en un duelo caliente y con mucha polémica.
El Torito de Gastón Lotito es uno diametralmente opuesto al que comenzó el campeonato. Lejos de las dudas que reflejó en las primera vuelta, la llegada del entrenador le dio otro aire y otra confianza a los jugadores. Ellos, guiados por el salvador, entendieron el mensaje, aceptaron el desafío y vienen dejando en claro que buscarán el sueño de batallar por uno de los ascensos a la Liga Profesional, algo impensado hasta hace un par de jornadas.
El invicto que lleva el DT se expresó en una mejoría anímica, pero también futbolística. Este Chicago se anima a jugar y no le tiene miedo a la pelota. Por eso, a pesar del flojo arbitraje de Bruno Amiconi (no expulsó en el inicio a Pons por un patadón y le anuló mal un gol a la visita con el duelo 0-0), fue por todo y lo logró.
Iván Maggi abrió el marcador, Pons lo igualó por medio de un penal y, de tanto ir luego de que Defe quedara con diez (roja a Correa), Méndez apareció con su milagro: cabezazo y gol.
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