TEXAS.- Un incendio forestal que se extendió por el Panhandle de Texas se convirtió en el más grande en la historia del estado y provocó por lo menos un muerto. Luego una capa de nieve cubrió pastizales carbonizados, ganado muerto y casas quemadas y brindó a los bomberos una breve ventana de alivio en sus esfuerzos desesperados por acorralar el incendio que empezó el lunes y se ensanchó a una velocidad impresionante, aunque las autoridades advierten que el alcance real de los daños por ahora se desconoce.
La única muerte confirmada hasta el momento es la de una mujer de 83 años, que fue identificada por familiares como Joyce Blankenship. Fue localizada en su casa calcinada.
Pero como las llamas siguen amenazando una amplia zona, las autoridades aún deben realizar una búsqueda exhaustiva de víctimas entre casas y otras estructuras dañadas o destruidas.
El incendio de Smokehouse Creek creció a casi 4400 kilómetros cuadrados, se fusionó con otro incendio y solo está contenido en un 3%, según el Servicio Forestal de Texas.
Las autoridades no han explicado qué provocó el incendio, que empezó el lunes y se agrandó a gran velocidad, destruyendo decenas de casas, aunque advierten que el alcance real de los daños por ahora se desconoce.
Esta semana, fuertes vientos empujaron muros de llamas mientras enormes columnas de humo se elevaban en el aire a través de la región escasamente poblada. El humo retrasó la vigilancia aérea de los daños en algunas zonas.
El crecimiento del incendio se ralentizó gracias a la caída de nieve y a que los vientos y las temperaturas se redujeron, pero el enorme fuego sigue sin ser controlado y amenaza con producir más destrucción.
El incendio cruzó a zonas del estado vecino, Oklahoma. El pronóstico de nieve, lluvia y temperaturas de alrededor de 4 grados de hoy ofreció una pausa para lograr avances antes de que las temperaturas y los vientos vuelvan a aumentar este fin de semana. Las autoridades no han señalado la causa de los incendios, pero los fuertes vientos, el pasto seco y una temperatura cálida que no corresponde a la temporada, alimentaron el fuego.
“La nieve mantendrá baja la humedad relativa durante el día, y definitivamente ayudará a los bomberos”, dijo el meteorólogo del Servicio Meteorológico nacional Samuel Scoleri.
Nimm Kidd, jefe de la División de Manejo de Emergencias de Texas, dijo que el pronóstico meteorológico del fin de semana y “la gran magnitud y alcance” del incendio son los mayores desafíos para los bomberos. “No quiero que la comunidad adquiera una falsa sensación de seguridad de que los incendios no aumentarán más. Sigue siendo una situación muy dinámica”, dijo Kidd.
“Hubo un punto en el que no pudimos ver nada. No pensé que saldríamos de esto”, dijo Greg Downey, un vecino de 57 años, describiendo su fuga mientras las llamas arrasaban su vecindario.
El gobernador, el republicano Greg Abbott, emitió una declaración de desastre para 60 condados. Las llamas hicieron que la principal instalación estadounidense que desmantela arsenal nuclear detuviera sus operaciones el martes por la noche, aunque el miércoles había reanudado su actividad.
El coordinador de la Oficina Manejo de Emergencias del condado de Hemphill, Bill Kendall, señaló que 40 viviendas ardieron en torno a la localidad de Canadian, pero no se perdieron edificios en la comunidad. Además, agregó que también había visto “cientos de cabezas de ganado muertas” en los campos. “El terreno quemado era como un paisaje lunar… no queda nada”, añadió..
Antes, el incendio más grande en la historia de Texas fue el del 2006 en East Amarillo, que quemó unos 3630 kilómetros cuadrados y causó 13 muertes.
Agencia AP
LA NACION