Ya completamente lanzada en la carrera por la conducción del Partido Justicialista, Cristina Kirchner se reunió este lunes de manera sorpresiva en el Instituto Patria con el triunviro cegetista Pablo Moyano y los jefes de otros dos gremios. Se interpretó la jugada de la ex presidenta como un intento de meter una cuña en la central obrera peronista. Su conducción históricamente se muestra impenetrable para el kirchnerismo.
La reunión causo enojo en el gremio de Camioneros, según trascendió. Hugo Moyano, jefe del clan familiar y número uno del sindicato, no había avalado que su hijo fuera al encuentro. Algo más: Moyano padre ya avisó en círculos gremiales que Camioneros no se sumará al paro que los gremios del transporte preven hacer el 17 de octubre contra el Gobierno.
La decisión debilitará mucho cualquier medida de fuerza que hagan el resto de los sindicatos de la actividad. Tras el encuentro de su hijo con Cristina, Hugo Moyano habría decidido que Pablo no vaya al plenario de la Confederación de Gremios del Transporte de este martes en la que se resolverá si hay paro.
La decisión de Pablo Moyano de ir a ver a Cristina sorprende más porque hace apenas un mes el sindicalista la había cuestionado públicamente: «No la entiendo, sus cartas no suman para nada». Fue tras la publicación, hace un mes, de un texto en el que la ex presidenta criticaba al peronismo y al peronismo.
La reunión en el Instituto Patria fue organizada por el senador de La Cámpora Mariano Recalde, dijeron las fuentes consultadas. Tiene vínculos de larga data con el sindicalismo. Su padre, Héctor Recalde, fue durante años abogado de la CGT y asesor legal del propio Hugo Moyano.
En el encuentro también estuvieron dos sindicalistas que juegan cerca de Pablo Moyano, Graciela Aleña, de Trabajadores Viales, y Pablo Flores, de los empleados de la AFIP. El camionero fue a la reunión con su hijo Nicolás.