¿Por qué tiembla en México? Las causas detrás de los sismos en el país
Ciudad de México. México es uno de los países más sísmicos del mundo debido a su ubicación geográfica, situada sobre una de las zonas tectónicas más activas del planeta. Los movimientos telúricos en el país son resultado de la interacción entre cinco placas tectónicas que convergen en su territorio: la Placa de Cocos, la Placa del Pacífico, la Placa de Norteamérica, la Placa del Caribe y la Placa de Rivera.
La actividad sísmica en México se debe principalmente a un proceso llamado subducción, en el que la Placa de Cocos y la Placa de Rivera se deslizan por debajo de la Placa de Norteamérica. Este fenómeno ocurre en la costa del Pacífico, desde el estado de Jalisco hasta Chiapas, y es el responsable de la mayoría de los sismos que afectan al país. Este tipo de interacción genera tensiones acumuladas en las placas tectónicas, que al liberarse provocan los temblores.
Zonas de mayor riesgo sísmico
Las regiones más propensas a los sismos son las costas del Pacífico, donde se ubican estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Jalisco y Colima. Sin embargo, debido a la propagación de las ondas sísmicas, estados del centro del país, como Ciudad de México, también enfrentan un alto riesgo, especialmente por las características del subsuelo de su valle, que amplifican las ondas sísmicas.
Además de la subducción, otros sismos ocurren debido a fallas geológicas en el interior del territorio. Por ejemplo, la Falla de San Andrés, en Baja California, es una de las zonas donde las placas del Pacífico y Norteamérica se desplazan lateralmente, causando movimientos tectónicos frecuentes.
Sismos históricos y prevención
En la memoria colectiva destacan sismos como el del 19 de septiembre de 1985, que devastó Ciudad de México, y el del mismo día en 2017, que dejó graves daños en varios estados. Estos eventos subrayan la necesidad de medidas de prevención y preparación.
México cuenta con un Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX), que detecta movimientos en las zonas de subducción y emite alarmas anticipadas. Sin embargo, la educación sísmica, la construcción de viviendas seguras y la planificación urbana son fundamentales para mitigar el impacto de futuros sismos.
La ubicación tectónica de México es inevitable, pero el fortalecimiento de la cultura de prevención puede salvar vidas y reducir los daños materiales frente a este fenómeno natural.